IMPACTOS DE LA INDUSTRIA MINERA SOBRE LOS DERECHOS DE LAS MUJERES EN LATINOAMÉRICA[1]
Por Lina
Solano Ortiz[2]
En la última década la industria minera se ha
expandido vertiginosamente en América Latina. La inversión de corporaciones transnacionales
en este sector ha aumentado a tal punto que, a pesar del “enfriamiento”
registrado desde el año pasado, sigue siendo la que mayor inversión minera recibe
a nivel mundial.
Lejos del discurso, las promesas y el marketing de
“minería responsable”, amigable con el ambiente y que sacará de la pobreza a
los pueblos, la “locomotora minera” avanza en Latinoamérica avasallando
derechos, garantías y libertades fundamentales, profundizando las condiciones
estructurales de dominación, explotación, opresión, discriminación, desigualdad
e inequidad[3].
Es por ello que concomitante con la expansión
minera se han multiplicado en toda la Región los conflictos socio-ambientales y
la resistencia a esta industria extractiva[4],
en especial de comunidades campesinas e indígenas, donde las mujeres han
emergido como un actor protagónico.
Miles de mujeres latinoamericanas viven los terribles
impactos que les trae la minería[5],
al quitarles sus derechos y las condiciones para una existencia digna, al despojarlas
de sus espacios de vida y medios de subsistencia, tanto por desposesión como
por contaminación, impidiendo el desarrollo de sus actividades productivas y
reproductivas, poniéndolas en mayor dependencia y vulnerabilidad, posibilitando
más control y sobreexplotación de sus cuerpos.[6]
Además, en los territorios donde se asienta la
industria minera se refuerzan las estructuras patriarcales y se masculinizan
los espacios, lo que provoca un aumento de la discriminación y la violencia hacia
las mujeres tanto en el ámbito privado como público.[7]
El resultado de los múltiples, directos y
diferenciados impactos de la minería sobre las mujeres será la pérdida
definitiva de derechos y libertades fundamentales, mayor empobrecimiento y
precarización de sus condiciones de vida, mayor explotación y opresión, mayor
discriminación y exclusión.
Conscientes de los graves efectos que la minería
trae a sus vidas, mujeres en toda Latinoamérica se han levantado y se han
sumado masivamente a los procesos de resistencia de los pueblos, registrándose en
los conflictos mineros permanentes violaciones de derechos cometidas contra
ellas, y un alarmante aumento de defensoras asesinadas, desaparecidas,
torturadas, violentadas sexualmente, encarceladas, judicializadas,
criminalizadas[8],
estigmatizas y hostigadas[9].
Tanto donde existen minas activas, como donde se
han terminado los minerales pero han quedado sus impactos, e incluso donde aún
no comienza la extracción, las mujeres se han puesto en la primera línea de la
resistencia porque la minería las impacta agresivamente, al igual que a la
Naturaleza, desde el momento en que una
transnacional decide adueñarse de los territorios con la complicidad de los
estados y gobiernos.
El caso de Ecuador es ilustrativo para demostrar como
la imposición de la mega minería impacta los derechos de las mujeres desde sus
primeras fases.
A diferencia de la mayoría de países de
Latinoamérica, en Ecuador aún no se han desarrollado emprendimientos mineros de
gran escala, por lo que el proceso de desposesión de los territorios es
relativamente reciente. Cuando en la década de los 80 y 90 del siglo pasado, comenzó
la entrega de una gran parte del territorio ecuatoriano a las transnacionales
vía concesiones mineras, las comunidades no fueron informadas ni consultadas. Esa
decisión se tomó a sus espaldas y en ella no contaron los derechos, necesidades
e intereses de la población asentada en esos territorios, mucho menos los de
las mujeres.
Posteriormente las comunidades descubrieron esta
ilegal e ilegítima entrega de sus territorios y comenzaron a reclamar,
iniciando procesos de resistencia que a partir del 2006-2007 tomará dimensiones
nacionales. La represión y la criminalización han sido la única respuesta que
el Estado y los gobiernos han dado a las justas demandas de los legítimos
dueños de los territorios invadidos[10].
Si las comunidades campesinas e indígenas, y el
pueblo ecuatoriano en general, no tuvieron ninguna intervención en las
decisiones que se tomaron sobre el territorio, mucho menos las mujeres,
relegadas de la participación y toma de decisiones por las estructuras
patriarcales que se mantienen hasta en el ámbito comunitario y familiar. Sin
embargo, ellas encontramos en la movilización y la organización el espacio para
convertirse en activas defensoras de sus derechos y los de la Madre Tierra, lo
cual implicó a su vez que sean blanco de la represión y criminalización, y que
se hayan violado reiteradamente sus derechos.
Ejemplo de ello es lo sucedido con las mujeres del
Frente de Defensoras de la Pachamama[11]
(Madre Tierra), quienes han tenido que afrontar la violación y negación de sus
derechos con privaciones arbitrarias de su liberad[12],
persecución judicial[13],
agresiones físicas, verbales y sicológicas por parte de la fuerza pública y
pro-mineros[14],
intimidación, amenazas[15],
insultos públicos de autoridades gubernamentales comenzando por el propio
Presidente Correa, descalificación, desprestigio, difamación, instigación al ataque.
Toda esta violencia contra de las Defensoras de la Pachamama se ha ejercido en
el intento de acallar su voz, impedir el ejercicio de sus derechos y su
resistencia frente a los mega proyectos mineros, especialmente Loma
Larga-Quimsacocha y Río Blanco[16].
El último hecho de violencia registrado contra las
Defensoras de la Pachamama, fue perpetrado el 20 de octubre de 2015 por la
policía y agentes de seguridad política, quienes las atacaron durante una manifestación
en contra del megaproyecto minero Río Blanco cuando Rafael Correa visitó
Molleturo, parroquia del cantón Cuenca (Azuay, sur de la región Andina de
Ecuador)[17].
Este hecho demuestra los peligrosos niveles de intolerancia y represión a los
que se está llegando para imponer los megaproyectos de minería.
Lo anotado sobre Ecuador evidencia la agresividad
de la industria minera hacia las mujeres, dejando claro que la “minería
responsable” no es más que una falacia cuando desde el inicio se violan y violentan
derechos, garantías y libertades fundamentales de las mujeres como la decisión
soberana sobre sus espacios de vida, la participación, la libertad, la
igualdad, la resistencia, la integridad personal, el honor y el buen nombre, la
información, la libertad de opinión, expresión, organización, manifestación, la
paz, la tranquilidad, la salud, así como el derecho a defender sus derechos y
los de la Madre Tierra.
En este difícil escenario, las mujeres que resisten
a la minería en Latinoamérica, continúan con fuerza levantando su voz para
denunciar la realidad de una industria que se impone a costa de sus derechos,
debiendo además buscar estrategias para su protección, como la creación y/o fortalecimiento de
organizaciones y redes. Así surgió, por ejemplo, la Unión Latinoamericana de
Mujeres ULAM[18], red integrada por
mujeres y organizaciones de mujeres de comunidades afectadas por minería en
distintos países.
Lo importante es que las mujeres no cejan en su
lucha, ya que contrariamente a lo esperan sus agresores, cada vez se
comprometen más en la exigencia de decisión soberana sobre sus espacios de vida
y de la primacía de sus derechos, necesidades e intereses, así como los de sus
pueblos y de la Madre Tierra, sobre los de las corporaciones transnacionales.
[1]
Una versión traducida al inglés de este artículo fue publicada en la revista
“Right to Food Journal 2015”, Vol. 10, de FoodFirst Information and Action
Network – FIAN International. Edición del 10 de diciembre de 2015. http://www.fian.org/fileadmin/user_upload/Right_to_Food_Journal_2015.pdf.
[2] Luchadora social, defensora de la Pachamama (Madre
Tierra), activista por los Derechos Humanos y de las Mujeres. Cofundadora del
Frente de Mujeres Defensoras de la Pachamama (2008), y otras importantes
organizaciones que son parte de la resistencia a los megaproyectos de minería
en Ecuador. Cofundadora y actual Presidenta de la Unión Latinoamericana de
Mujeres ULAM, red que agrupa mujeres en resistencia a la minería en varios
países de la Región. Socióloga. Magíster en Sociología y Desarrollo, y
candidata a Magíster en Salud con Enfoque de Ecosistemas por la Universidad de
Cuenca.
[3]
Veredicto del Tribunal Permanente de los Pueblos, Audiencia sobre América
Latina, sesión sobre la industria minera canadiense. Montreal, Canadá, 29 de
mayo – 1 de junio 2014. http://www.tppcanada.org/wp-content/uploads/TPP_document_es.pdf
[6]
“Las mujeres resistiendo a las agresiones de la minería”. Memorias del Taller
realizado en el marco del Tribunal Permanente de los Pueblos sobre la industria
minera canadiense en Latinoamérica. Montreal, Canadá, junio 2014. http://cdhal.org/sites/cdhal.org/files/doc/communique/22-julio-dia-mundial-contra-megamineria-mujeres-resistiendo-agresiones-mineria-_0.pdf
[7] “Mujer,
Violencia e Industria Minera”. Solano Ortiz Lina. Junio 2015. http://defensoraspachamama.blogspot.com/2015/08/mujer-violencia-e-industria-minera-1.html
[8]
“Modalidades de criminalización y limitación a la efectiva participación de las
mujeres defensoras de derechos ambientales, los territorios y la naturaleza en
las Américas”. Varios autores. Informe Regional 2015, presentado en la I
Audiencia Regional ante la CIDH sobre Criminalización a Mujeres Defensoras de
los territorios y el medio ambiente en las Américas. http://issuu.com/fondodeaccionurgente-al/docs/informe_cidh_esp_2015
[12]
“Ecuador: difamación, intimidación y acusaciones penales contra Lina Solano,
defensora de los derechos humanos”. Front Line Defenders, noviembre 2008. https://www.frontlinedefenders.org/es/node/5801
[13]
“Modalidades de criminalización y limitación a la efectiva participación de las
mujeres defensoras de derechos ambientales, los territorios y la naturaleza en
las Américas”. Varios autores. Informe Regional 2015, presentado en la I
Audiencia Regional ante la CIDH sobre Criminalización a Mujeres Defensoras de
los territorios y el medio ambiente en las Américas. http://issuu.com/fondodeaccionurgente-al/docs/informe_cidh_esp_2015
[14]
“Ecuador: Ataque contra la Sra. Rosa Etelvina Misacango Chuñir, defensora de
los derechos humanos. Front
Line Defenders, abril 2009. https://www.frontlinedefenders.org/es/node/5868
[15]
Ecuador: amenaza e intimidación contra la Sra. Rosío Pérez defensora de los
derechos humanos, y el Frente de Mujeres Defensoras de la Pachamama”. Front Line Defenders, mayo 2010. https://www.frontlinedefenders.org/es/node/6021
[16]
“Derechos violados, resistencia, criminalización”. Solano Ortiz Lina. Incluido
en la publicación especial: “Por qué nos oponemos a la mega minería”, de la
revista digital Latinoamérica en el Centro LatiCe. Marzo 2014. http://www.latice.org/publ/por_que_nos_oponemos_a_la_megamineria.pdf
[17]
“Ecuador: Defensoras de derechos humanos atacadas y arbitrariamente detenidas
durante una manifestación contra el proyecto minero Río Blanco. Front Line Defenders, octubre 2015. https://www.frontlinedefenders.org/es/node/29980
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