21 de junio de 2012

PRONUNCIAMIENTO DE LA CNDVS SOBRE LA CONFERENCIA DE NACIONES UNIDAS SOBRE DESARROLLO SOSTENIBLE
RÍO + 20. SALVAR AL PLANETA DE LAS CORPORACIONES IMPERIALISTAS
Rafael Correa se encuentra en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable o Río+20 que se desarrolla en Río de Janeiro (Brasil) del 20 al 22 de junio. Cínicamente han anunciado que las propuestas del gobierno serán el Buen Vivir como alternativa de desarrollo, la declaración universal de los Derechos de la Naturaleza, una nueva arquitectura financiera y la cultura como cuarto pilar del desarrollo sostenible.

El gobierno verdeagua de la famosa “revolución ciudadana” siempre ha mantenido una imagen hacia el exterior de “gobierno ecológico”. Secundado por muchos otros gobiernos de su misma laya, se presenta como un gobierno preocupado por la Naturaleza cuando en su política de entreguismo a las transnacionales como las de minería y petróleo, evidencia claramente cuál es su real papel de peón de las corporaciones que saquean el petróleo y ahora tienen en la mira los minerales.

Según Correa, Ecuador tiene la Constitución “más ecológica del mundo”, la cual ha quedado como papel muerto frente a la imposición de la minería en el país para que las corporaciones chinas y canadienses hagan su agosto con el cobre y el oro. Para favorecer a las transnacionales saqueadoras de mineras nunca aplicaron el Mandato Minero por el cual la Asamblea Nacional Constituyente de 2008, dicha de “plenos poderes”, extinguió las concesiones por varias causales. Todo lo contrario, ya se firmó el primer contrato minero pretendiendo dejar en la impunidad el desacato cometido por el Ministerio de Recursos No Renovables.

¡Cuánta hipocresía! También dicen que llevarán la recacareada iniciativa Yasuní para promocionarla en Río, cuando están festinando pozos petroleros que anteriores gobiernos no pudieron hacerlo, y ahora están tratando de dar paso al convenio firmado con la Corporación Estatal Rusa de Energía Atómica Rosatom en 2009 para “uso de energía atómica” con el viejo cuento de los “fines pacíficos”. En dicho convenio se prevé la exploración y futura explotación de uranio, y se abre la puerta a los desechos radiactivos, a pesar de que el Art. 15, de nuestra “ecológica” Constitución dice que “(…) prohíbe la introducción de residuos nucleares y desechos tóxicos al territorio nacional.”

Pero la desvergüenza es regla general en este gobierno, la mentira es su única verdad. Así promocionan en el exterior un país que no existe y sacan pecho de una Constitución que la pisotea cada segundo. 

Pero más bien sus propuestas caerán anillo al dedo en la Conferencia, ya que, como lo vienen expresando diferentes organizaciones y movimientos, en esta cita se pretende dejar legitimada la mercantilización de la Naturaleza en nombre de su protección, siendo las grandes corporaciones las promotoras de la denominada “Economía Verde”.

De cara a Río+20 se ha venido denunciando la injerencia directa que tendrán las corporaciones imperialistas en esta Conferencia a través de las distintas asociaciones que han hecho las empresas con agencias de la ONU dentro de su Global Compact (Pacto Mundial), paraguas que ha servido para la asociación de la ONU con la Cámara Internacional del Comercio y el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sustentable; del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) con compañías petroleras y mineras como ExxonMobil, Rio Tinto, Anglo American y Shell: o, las alianzas entre The Coca Cola Company y el PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo) sobre protección de recursos de agua, y entre la propia Coca Cola, la compañía química BASF y ONU-HABITAT en materia de urbanización sustentable. (Social Watch, http://www.socialwatch.org/es/node/14875). 

Al estilo del gobierno verdeagua diríamos “el descaro ya es de todos”. Resulta que las grandes corporaciones imperialistas, responsables de la crisis económica, social y ambiental que vivimos quieren asomar como las salvadoras del planeta. Pero ya esto lo plantearon en 1992 y en estos 20 años lo único que ha sucedido es que se ha profundizado la debacle socioambiental y frente a ello este sistema sólo puede responder con mayor explotación de los pueblos y la naturaleza, guerras y criminalización de la protesta social. Después de 20 años la mitad de la población mundial vive con menos de 2,50 dólares al día, cerca de 1 billón de personas, la mayoría de nuestros países, sufren de hambre, y alrededor de 2 millones están en la extrema pobreza. Los datos que los propios organismos oficiales dan son contundentes. Actualmente según la OIT existen más de 200 millones de desocupados y 900 millones de trabajadores empobrecidos, un tercio de la fuerza de trabajo mundial. Y se puede pensar que este sistema sea ¿“sostenible”?

El capitalismo-imperialismo está teñido de sangre, una máscara verde no ocultará su podrido y moribundo rostro.

La famosa “economía verde” que promueven en Río las transnacionales, lo único que traerá es una profundización del saqueo transnacional, intensificando las políticas de liberalización, privatización, desregulación y desnacionalización para favorecer una mayor dominación del imperialismo. Será la máscara ideal para que los grandes contaminadores del planeta sigan con su farsa de “reducción de emisiones de carbono”, y otras por el estilo, que se implementan en versiones criollas típicas del coloniaje como el “socio bosque” del gobierno verdeagua de Ecuador. 

Como buen discípulo de esta hipocresía global, Rafael Correa hablará en Río sobre Buen Vivir, derechos de la naturaleza, y su demás repertorio recacareado, mientras miles de hectáreas de territorio ecuatoriano siguen en manos de las transnacionales mineras y petroleras, mientras nos acecha la amenaza de la contaminación nuclear, y se llevan adelante megaproyectos de muerte como las hidroeléctricas o el IIRSA (Integración de la Infraestructura Sudamericana). 

Pero Río también será el espacio para que otros supuestos “defensores de la naturaleza” completen la farsa. Estarán allí cientos de aquellas Ongs, algunas “súper radicales”, justificando su “sacrificada” labor que incluye el turismo permanente para andar de encuentro en encuentro, de cumbre en cumbre, para hacer pantalla a los miles de dólares con los que se mantienen los “activistas” que en nombre de los pueblos y del planeta han hecho un lucrativo negocio verde que les permite una vida bien remunerada. Habría que hacer cuentas y saber los resultados constantes y sonantes de tanto paseo ecológico. Como ya se dijo: “el descaro ya es de todos”.

Nos sumamos al llamado de rechazar la injerencia de las corporaciones en la Conferencia de Naciones Unidas y su propuesta de “economía verde”, y en el caso de Ecuador reafirmamos nuestra decisión de desenmascarar la farsa de la “revolución ciudadana”, y continuar firmes en la resistencia por el Agua, la Pachamama, la Vida y la Soberanía.

Solo la organización y la lucha bajo una línea que priorice los intereses populares podrá fortalecer un movimiento desde las bases para poner fin a toda esta farsa global.

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